La desaparición de Loan y el dolor que no cesa: ¿quién protege a las víctimas cuando la justicia se desdibuja?
Loan Danilo Peña lleva casi un año desaparecido. Once meses después, no hay certezas sobre su paradero, pero sí hay algo dolorosamente claro: el sistema judicial argentino parece moverse con una lentitud atroz frente al sufrimiento de una familia quebrada. Y como si eso no bastara, ahora asistimos a un nuevo capítulo que mezcla desconcierto, escándalo y desconfianza: acusaciones cruzadas entre la familia del niño y su exabogado, en medio de denuncias por un presunto desvío millonario de fondos que iban a destinarse a pericias claves.
Desde la Asociación Morelli, que acompaña la defensa de víctimas de violencia institucional, trata y maltrato infantil, no podemos quedarnos callados. La desaparición de Loan no es solamente un expediente judicial: es un símbolo. Un espejo crudo que refleja la desprotección estructural de nuestras infancias y el abandono legal que enfrentan las familias cuando el Estado, la justicia o incluso quienes deberían representarlas, fallan.
La denuncia pública realizada por el hermano de Loan, Mariano Peña, es gravísima. Según él, la familia le entregó al entonces abogado querellante Juan Pablo Gallego la suma de 12,5 millones de pesos en una playa de estacionamiento, con el objetivo de financiar pericias informáticas sobre los teléfonos de los imputados. Poco después, sostiene, el abogado se habría desentendido del caso y bloqueado todo contacto. Gallego, por su parte, niega las acusaciones, las califica de "brutales y falsas" y anticipa acciones legales por calumnias. Mientras tanto, la causa permanece empantanada. Y Loan sigue sin aparecer.
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