Una joven fue condenada a prisión perpetua por el asesinato de su hija de cuatro años, la misma pena que recibió su pareja, un pastor evangélico.
La sentencia fue dictada el miércoles pasado por el Tribunal de la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de La Rioja, que condenó a prisión perpetua a Julieta Jimena Córdoba, de 25 años y a Andrés Regino Bustamante, de 74, por el brutal asesinato de Zoe Natasha Rodríguez, de tan solo 4 años. El fallo calificó el homicidio como triplemente agravado por el vínculo, alevosía y criminis causa, además de declararlo como un hecho de violencia contra la mujer y maltrato infantil.

La jueza Karina Cabral, junto con los magistrados Edith Agüero y Gustavo Farías, firmó la sentencia que también impone a los condenados tratamiento psicológico y psiquiátrico permanente, y ordena al Juzgado de Ejecución Penal informar de forma continua al padre de la niña sobre el desarrollo de las penas.
"Estamos muy contentos, teníamos que estar presente en cada audiencia, salíamos tristes de los tribunales, fuimos a cuarenta y nueve en total, en la mayoría volvíamos con las manos vacías. Es un alivio que haya terminado todo. Por suerte toda la familia pudo asistir a la del veredicto final, todos queríamos la prisión perpetua y gracias a Dios se logró", dijo a LA NACION el abuelo de la niña, Oscar Rodríguez.
Y agregó "Nos llamó nuestra abogada para decirnos que la jueza Karina Cabral viene a Chilecito a visitar a mi nieta en el cementerio, la verdad que estamos todos emocionados, nunca una jueza hizo algo igual acá".
El dolor del homicidio emerge de las palabras del abuelo de la víctima: "A Zoe la asesinaron de una forma aberrante, tenía cuatro años, le quebraron el maxilar derecho la quinta y la séptima costilla, le metieron un arma filosa en la cabeza, después la dejaron al lado de la moto, le echaron cinco litros de nafta y la prendieron fuego".
La tragedia familiar parece haber comenzado antes del crimen. "El padre de Zoe (Kevin José Rodríguez, de 25 años), recién la pudo reconocer post mortem, la madre nunca permitió que le diera el apellido, jamás se presentó en el Registro Civil, nosotros la estábamos criando porque la madre la abandonó a los cuatro meses, después de casi dos años un día se presentó con el pastor y se la llevó de mi casa, fuimos a la justicia, presentamos pruebas de maltrato infantil, pero la justicia nunca nos escuchó, nos falló, si hubiesen actuado mi nieta estaría con nosotros", dijo el abuelo de Zoe.
Hizo una pausa y comentó: "Nunca me voy a olvidar de ese día, estábamos toda la familia a punto de almorzar, festejábamos el cumpleaños de Ciro, otro de mis nietos cuando de repente entra mi hija llorando y gritando diciendo que habían matado a Zoe, que la habían calcinado, llegamos y comprobamos que era verdad, una triste y horrenda noticia".
También explicó a LA NACION que su hijo estaba muy agradecido con todas las personas que los acompañaron en este duro y cruel proceso.
La sentencia fue dictada el miércoles pasado por el Tribunal de la Cámara Tercera en lo Criminal y Correccional de La Rioja, que condenó a prisión perpetua a Julieta Jimena Córdoba, de 25 años y a Andrés Regino Bustamante, de 74, por el brutal asesinato de Zoe Natasha Rodríguez, de tan solo 4 años. El fallo calificó el homicidio como triplemente agravado por el vínculo, alevosía y criminis causa, además de declararlo como un hecho de violencia contra la mujer y maltrato infantil.
La jueza Karina Cabral, junto con los magistrados Edith Agüero y Gustavo Farías, firmó la sentencia que también impone a los condenados tratamiento psicológico y psiquiátrico permanente, y ordena al Juzgado de Ejecución Penal informar de forma continua al padre de la niña sobre el desarrollo de las penas.
"Estamos muy contentos, teníamos que estar presente en cada audiencia, salíamos tristes de los tribunales, fuimos a cuarenta y nueve en total, en la mayoría volvíamos con las manos vacías. Es un alivio que haya terminado todo. Por suerte toda la familia pudo asistir a la del veredicto final, todos queríamos la prisión perpetua y gracias a Dios se logró", dijo a LA NACION el abuelo de la niña, Oscar Rodríguez.
Y agregó "Nos llamó nuestra abogada para decirnos que la jueza Karina Cabral viene a Chilecito a visitar a mi nieta en el cementerio, la verdad que estamos todos emocionados, nunca una jueza hizo algo igual acá".
El dolor del homicidio emerge de las palabras del abuelo de la víctima: "A Zoe la asesinaron de una forma aberrante, tenía cuatro años, le quebraron el maxilar derecho la quinta y la séptima costilla, le metieron un arma filosa en la cabeza, después la dejaron al lado de la moto, le echaron cinco litros de nafta y la prendieron fuego".
La tragedia familiar parece haber comenzado antes del crimen. "El padre de Zoe (Kevin José Rodríguez, de 25 años), recién la pudo reconocer post mortem, la madre nunca permitió que le diera el apellido, jamás se presentó en el Registro Civil, nosotros la estábamos criando porque la madre la abandonó a los cuatro meses, después de casi dos años un día se presentó con el pastor y se la llevó de mi casa, fuimos a la justicia, presentamos pruebas de maltrato infantil, pero la justicia nunca nos escuchó, nos falló, si hubiesen actuado mi nieta estaría con nosotros", dijo el abuelo de Zoe.
Hizo una pausa y comentó: "Nunca me voy a olvidar de ese día, estábamos toda la familia a punto de almorzar, festejábamos el cumpleaños de Ciro, otro de mis nietos cuando de repente entra mi hija llorando y gritando diciendo que habían matado a Zoe, que la habían calcinado, llegamos y comprobamos que era verdad, una triste y horrenda noticia".
También explicó a LA NACION que su hijo estaba muy agradecido con todas las personas que los acompañaron en este duro y cruel proceso.
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